Según fuentes policiales, el hombre, quien es conocido como el “Señor Pruebas”, tiene en su haber cinco denuncias en la sede de la Divindat por los presuntos delitos de robo, estafa y violación sexual.
Aunque no se conoce su identidad, los integrantes de la Divindat han logrado establecer un identikit del sujeto en el que se especifica que tiene cuarenta años, es trigueño, mide 1.70 cm y usa el nombre de César.
La Policía informó que las jóvenes se contactaban con el sujeto a través de la página web de Computrabajo, cuando ingresaban su currículum vitae en los avisos donde se solicitaba anfitrionas o modelos.
Los agentes también dijeron que el hombre contactaba a las mujeres a través de la red social Hi5.
Tras dar todos sus datos, las muchachas eran contactadas por correo electrónico por una supuesta mujer, quien les mostraba su interés para contar con sus servicios. Posteriormente, pactaban una cita en una oficina a Miraflores o a un hostal cualquier para realizar una “prueba”.
Luego, la víctima se daba cuenta de la informalidad de la entrevista. No obstante, el “Señor Pruebas” convencía a la chica que era necesario filmar todo su cuerpo y a varias las convencía de tener relaciones sexuales.
Consumado su propósito, pedía a sus víctimas una fuerte cantidad de dinero, amenazando con colgar las imágenes en la red sino les pagaba.
Aunque no se conoce su identidad, los integrantes de la Divindat han logrado establecer un identikit del sujeto en el que se especifica que tiene cuarenta años, es trigueño, mide 1.70 cm y usa el nombre de César.
La Policía informó que las jóvenes se contactaban con el sujeto a través de la página web de Computrabajo, cuando ingresaban su currículum vitae en los avisos donde se solicitaba anfitrionas o modelos.
Los agentes también dijeron que el hombre contactaba a las mujeres a través de la red social Hi5.
Tras dar todos sus datos, las muchachas eran contactadas por correo electrónico por una supuesta mujer, quien les mostraba su interés para contar con sus servicios. Posteriormente, pactaban una cita en una oficina a Miraflores o a un hostal cualquier para realizar una “prueba”.
Luego, la víctima se daba cuenta de la informalidad de la entrevista. No obstante, el “Señor Pruebas” convencía a la chica que era necesario filmar todo su cuerpo y a varias las convencía de tener relaciones sexuales.
Consumado su propósito, pedía a sus víctimas una fuerte cantidad de dinero, amenazando con colgar las imágenes en la red sino les pagaba.
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